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Cuentos Latinoamericanos

Resumen:

Resumen:

Cimarrón era un esclavo negro que venía escapando del ingenio. Perro, lo seguía hacia el monte, tratando de oler a negro, sin embargo se distraía por el olor a hembra, en el camino se encontró con una jauría de perros que lo atemorizó y busca refugio acostándose al lado del negro. Desde ese instante iniciaron un camino juntos tratando de sobrevivir en ese lugar.

En los primeros días Perro y Cimarrón echaron de menos la seguridad del ingenio. Perro recordaba los huesos vaciados por cubos y Cimarrón añoraba el congrí, ambos traídos en cubos a diario

Tuvieron que ingeniárselas para saciar el hambre y disponerse a la caza desde el alba, sin mayores exigencias estaban dispuestos a comer lo que pudieran,  además afortunadamente  Perro comía frutas  y discrepaba con  su amo  en el gusto por los  langostinos. También disfrutaba comiendo  huevos.

Habitaron una caverna, hasta el momento en que descubren huesos de muertos en el recinto y deciden abandonarlo, porque no servían para comerlos y podían atraer malos espíritus.

Un día aparecen un coche tirado por caballos, que transportaba a un párroco y un calesero, Perro los persigue y Cimarrón les roba la estola, las ropas del cura, la chaqueta y las  botas del calesero, tiñendo de sangre el camino.

Ambos compañeros sintieron  la crisis de la primavera. Y Cimarrón en una seguidilla de actos imprudentes, es sorprendido en uno de sus encuentros con mujeres y llega a ser duramente golpeado y  tratado de ladrón, borracho y mal nacido. Aquí Perro se queda solo  porque Cimarrón es arrestado y lo llevan de vuelta al ingenio, entonces  siente una gran tristeza, en esta etapa enflaqueció y se hizo más tolerante  a los seres que no servían para ser comidos, hasta que nuevamente llega la primavera y el olor a hembra que lo hizo acudir al monte.

En esta travesía se encuentra con una jauría de jíbaros y se involucra en  una descomunal batalla, en ese momento aparece arrastrando cadenas  el negro amo de Perro, sin embargo, el paso del tiempo había recordado al animal una vieja consigna, dada por el mayoral del ingenio, el día en que un esclavo huía al monte y entonces  se lanza al cuello  del negro.

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